Ella, qué como miles de mujeres ha
tenido la menstruación, se ha pintado más de una vez las uñas de los pies, ha dedicado un día a
las compras, y otros muchos ha cocinado para los demás.
Ella,
que se ha enamorado alguna vez y se ha decepcionado otras.
Ella
que ha pedido un cigarrillo a algún hombre interesante.
Ella
que con su cuerpo de mujer la llaman pecado original, ella que antes de nacer
va a ser menos especial, ella; que se encuentra inmortalizada en un espacio
tiempo que nunca he conocido pero que me aventuro a describir como si estuviera
allí.
Ella
que no dice nada, porque está posando para una fotografía, quizás lo más
liberador que ha hecho nunca. Ella modelo por un día, ella siendo protagonista.
Ella
de noche, ella de día. Ella, detalle feo en una ciudad.
Ella
sin dormir, sin pensar y sin sonreír. Ella clavada a sus zapatos y a sus venas.
Ella que oscurece realidades y aclara otras.
Ella
hermosa, entera y a trozos. Ella con ideas, con sensaciones, con recuerdos e
inquietudes.
Ella
y un deseo.
Ella
sin ganas, ella con ganas, ella maquillándose, ella lavándose la cara, ella en el espejo.
Ella
queriendo ser madre, ella no queriéndolo. Ella y las joyas. Ella y los demás.
Ella
observando las calles; ella y los vestidos,
ella en tus ojos.
Ella
siendo mirada por otras y por otros, ella mirando.
Ella
siendo mujer.
Ella,
heroinómana de Vancouver.
Ella que pasa desapercibida.
Ella,
que sigue viva, mientras alguien la recuerde, mientras yo la mire.
Perpetuamente
ella.
Fotografía de Lincoln Clarkes.

ME ENCANTA ❤️
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