miércoles, 4 de diciembre de 2013

AQUÍ LAS PALABRAS SON UN DETALLE, LA HISTORIA LA TIENE ELLA






Ella, qué como miles de mujeres ha tenido la menstruación, se ha pintado más de una vez  las uñas de los pies, ha dedicado un día a las compras, y otros muchos ha cocinado para los demás.

Ella, que se ha enamorado alguna vez y se ha decepcionado otras.

Ella que ha pedido un cigarrillo a algún hombre interesante.

Ella que con su cuerpo de mujer la llaman pecado original, ella que antes de nacer va a ser menos especial, ella; que se encuentra inmortalizada en un espacio tiempo que nunca he conocido pero que me aventuro a describir como si estuviera allí.

Ella que no dice nada, porque está posando para una fotografía, quizás lo más liberador que ha hecho nunca. Ella modelo por un día, ella siendo protagonista.

Ella de noche, ella de día. Ella, detalle feo en una ciudad.

Ella sin dormir, sin pensar y sin sonreír. Ella clavada a sus zapatos y a sus venas. Ella que oscurece realidades y aclara otras.

Ella hermosa, entera y a trozos. Ella con ideas, con sensaciones, con recuerdos e inquietudes.

Ella y un deseo.

Ella sin ganas, ella con ganas, ella maquillándose, ella lavándose la cara, ella en el espejo.

Ella queriendo ser madre, ella no queriéndolo. Ella y las joyas. Ella y los demás.

Ella observando  las calles; ella y los vestidos, ella en tus ojos.

Ella siendo mirada por otras y por otros, ella mirando.

Ella siendo mujer.

Ella, heroinómana de Vancouver.

Ella que pasa desapercibida.

Ella, que sigue viva, mientras alguien la recuerde, mientras yo la mire.


Perpetuamente ella.


Fotografía de Lincoln Clarkes.

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